Las rutas de la cerveza I Freising0

Las rutas de la cerveza (I): Freising

  • Alemania

Romántica vista de la colina de la fábrica de cerveza
Para iniciar una serie de artículos sobre las distintas rutas de la cerveza que se pueden realizar en Alemania, nada mejor que iniciarla por la ciudad donde se encuentra la fábrica de cerveza más antigua del mundo: Freising o Frisinga en español.
Situada a pocos kilómetros de Múnich, en el corazón de Baviera, en ella estudió el actual Papa Benedicto XVI, entre los años 1946 y 1951 y en su catedral recibiría la ordenación sacerdortal, junto a su hermano Georg, el día 29 de junio de 1951. También Otto III recibiría sus derechos como emperador en Freising en el año 996.
Romántica vista de la colina de la fábrica de cerveza

Imagen representando al Obispo Otto de FreisingA nadie se le oculta que Alemania es el país de la cerveza por excelencia. Por las espitas de sus cervecerías fluyen más de 5.000 tipos distintos, procedentes de más de 1200 fábricas repartidas por todo lo largo y ancho de su geografía.
Desde la dorada “pilsen”, auténtica reina en del país, hasta la antiquísima “cerveza negra”, servida en elegantes vasos de tulipa, pasando por la Export de Dortmund, la Alt del bajo Rin, la Kölsch de Colonia, la Hells, la Lager o la Weißbier del sur, la Bock de Einbeck en Hannover, las suaves Berliner Weiße o las mezcladas con limón, como una Radler o una Alsterwasser, en cualquier rincón podremos encontrar, además, cervezas artesanales hechas en casa.
Imagen representando al Obispo Otto de Freising
Sin embargo la cervecería más antigua es la Weihenstephaner Staatsbrauerei, en Freising, donde los monjes fabricaban las primeras cervezas hacia el año 1040.
Ir a Feising es muy fácil, pues en sus tierras se encuentra el Aeropuerto de Múnich.
Es una de las ciudades más antiguas de Baviera y su importancia radica en que fue un importante centro religioso y cultural ya desde el siglo VIII.
En ella residió el Obispo Otto de Freising (1112/1158), autor del célebre manuscrito “La historia de las dos ciudades” (Chronica sive Historia de duabus civitatibus), en la cual aparece la primera mención escrita del “Preste Juan”.
También fue el autor de los “Hechos del emperador Federico” (Gesta Friderici imperatoris), realizados por encargo de éste.
Fundado junto con la biblioteca entre los años 764 y 783 por el Obispo Arbe, en el escritorio de su abadía se han confeccionado y redactado documentos históricos muy importantes, la mayoría de los cuales se encuentran depositados en Múnich, dentro de la Biblioteca Estatal de Baviera.
La biblioteca de la catedralEn el año 1040, los monjes benedictinos del monasterio de Weihenstephan adquirirían el derecho a fabricar y servir cerveza. La importancia de la cerveza para los monjes radicaba en que era el único alimento que podían ingerir durante la cuaresma, pues la cerveza es pan líquido: contiene trigo o cebada, lúpulo, malta y levadura. Desde entonces hasta ahora, la pureza de los ingredientes se ha mantenido, pues está totalmente prohibido utilizar productos químicos en su fabricación.
Durante la edad media eran muchos los pelegrinos que acudían a Freising y, a su llegada, se convertían en agradecidos consumidores de la exquisita cerveza que se servía en el monasterio. Pero ya en aquella época se estableció una división en lo referente a la calidad de la misma. Mientras que a los pelegrinos, pordioseros o criados se les servía una cerveza floja, los padres, hermanos y artesanos podían obtener una clase de cerveza aromática. El Abad, los Prelados y la Nobleza, tenían reservada una cerveza especial, la “Premiumbier”, la cerveza premiada.
En el año 1803 el monasterio era cerrado y la fábrica, que quedó en manos privadas, se convirtió en una industria de cervezas de lujo, hasta hoy día.
Actualmente se puede visitar la fábrica, para observar sus calderas y sus procesos de elaboración, además de disfrutar de su degustación en la “Braustüberl”, donde acuden a almorzar los trabajadores y, sobre todo, los estudiantes, ya que la fábrica se encuentra en pleno “campus universitario”.
La biblioteca de la catedral
Fachada del museo diocesano, Diozesanmuseum. (wikimedia commons)Otra visita obligada en la ciudad es su catedral, la “Freisinger Mariendom”, antiguo edificio románico construido en el 1159, cuya sencilla fachada nos puede dejar indiferentes, pero que, al acceder a su interior nos quedaremos maravillados y boquiabiertos al observar lo frescos barrocos y estucados hasta donde alcanza la vista. Se trata de una de las iglesias barrocas más hermosas y preciadas de toda Baviera, y a cuyo lado se encuentra el “Museo Diocesano” (Diözensanmuseum), el mayor museo de arte cristiano del mundo. Este museo permanece abierto de lunes a sábado desde las 10 hasta las 17 h.
Fachada del museo diocesano, Diozesanmuseum. (wikimedia commons)
Si, una vez cansados de tanto arte, salimos al exterior de la catedral, podremos deleitarnos con las magníficas vistas que nos ofrece el mirador que hay junto a ella, desde donde se pueden llegar a ver, en días despejados, los lejanos Alpes suizos, reposando en uno de sus múltiples bancos.
De hecho, cuando alguien se encuentra en el aeropuerto de Múnich, mirando al norte distingue enseguida las dos colinas que destacan en el horizonte cercano, donde se encuentran la Catedral y el museo, en una, y la fábrica de cerevezas en la otra.
Otro de los encantos de la ciudad es la rivera del río Isar, por la cual discurre un circuito de bicicletas a través del cual puedes acercarte, tras recorrer 35 kilómetros en dirección a Múnich, a los famosos jardines “Englischer Garten”, de la capital bávara, o, tras otros 35 km. en sentido contrario, visitar la “capital bávara del amor” (Niederbayern), la ciudad de Landshut.
Vista panorámica de la weihenstephan desde la catedral (wikimedia commons)
Vista panorámica de la weihenstephan desde la catedral (wikimedia commons)