Un tesoro de formas y formas son las que constituyen las obras realizadas por Gaudí, un arquitecto que sin duda le impregno un sello único a Barcelona. La obra gaudiniana que se puede visitar en la ciudad es la ruta para comprender y degustar del trabajo realizado por este maestro que dejó tu sentimiento impreso en cada uno de sus trabajos. .
Te recomendamos encarecidamente que utilices un día para ver esta huella que ha dejado el excelente arquitecto catalán en la Ciudad Condal, ya sea tu estancia larga o ya estés de paso por cruceros con salida desde Barcelona.
Para acercarse al trabajo desarrollado por el arquitecto, puede empezarse por el centro del Eixample, en el Passeig de Gràcia, donde están las casas más vistosas y conocidas de Antoni Gaudí. En la esquina con la calle Provença, la Casa Milà, la famosa Pedrera, de formas ondulantes que recuerdan las olas del mar. Más abajo, la Casa Batlló, metáfora de la leyenda de Sant Jordi. Los pasos de Gaudí nos acercan a su obra clave, la Sagrada Família, una biblia arquitectónica inacabada que se ha convertido en símbolo de Barcelona.
Hacer un recuento del trabajo de Gaudí, es enumerar una serie de lugares que no pueden dejarse de visitar, más si son extranjeros los que llegan a la ciudad, pues en ese trabajo identificarán el sentir de este afamado arquitecto.
Otra referencia es el Park Güell, una pieza indispensable para entender el juego gaudiniano entre la naturaleza y la arquitectura. Los pabellones de entrada a la finca Güell, cerca del Palau de Pedralbes, la cripta de la iglesia de la Colònia Güell o el Palau Güell, en la calle Nou de la Rambla, llevan también el nombre de quien fue su principal mecenas, Eusebi Güell.
Este genio de la arquitectura dejó su más recordada huella en su propia casa, en Barcelona. Un asunto que fortalecen otras de sus obras, como la Casa Vicens o la Casa Bellesguard, además del no tan conocido Col·legi de les Teresianes, un edificio situado en el barrio de Sarrià.
Un espacio que goza de una reconocida fama es La Casa Calvet, una de las primeras obras de Gaudí. Algunos la consideran la obra más conservadora del artista, aunque en ella se encuentran marcados elementos modernistas, como la fachada acabada en curva o los balcones del desván.