El templo Jokhang es el centro espiritual del Tibet y el destino más sagrado para todos los peregrinos Budistas tibetanos. Fue construido por artesanos del Tibet, China y Nepal y de ahí vienen los distintos estilos arquitectónicos. Jokhang quiere decir “la Cámara de Buda”.
Al entrar al vestíbulo se observa el objeto más antiguo y preciado de Jokhang, una estatua de tamaño natural de Sakyamuni a los 12 años de edad. Esta estatua fue llevada al Tibet por la princesa Wen Cheng hace 700 DC, es una estatua dorada adornada con muchas joyas. Los peregrinos se han postrado delante de esta estatua por siglos. Es la estatua sagrada de los tibetanos.
En las afueras de Jokhang existe un viejo sauce marchito que se cree fue plantado por la Princesa Wen Cheng. A pocos metros de el existe una gran piedra de 3 metros que esta tallada con unas inscripciones que registran la alianza entre el Rey del Tibet y el Emperador de China en el 823 dC.
Desde la parte alta del Jokhang se tiene una esplendida vista del Barkhor y del palacio la Potala. Los techos son de oro con excelentes dibujos aves, bestias, campanas y otras figuras intrincadas.
Según el Año Nuevo Tibetano, que cae entre enero y marzo, según el Calendario Tibetano, el Jokhang patrocina la Gran Oración del Festival. El primer festival fue celebrado en 1409 bajo el liderazgo de Tsong Khapa, y se ha mantenido tradicionalmente cada año desde el tiempo del quinto Dalai Lama. Durante los festivales, miles de monjes vienen a realizar actividades religiosas adentro y cerca al Jokhang, y en realidad es una celebración a lo largo de toda la región de Lhasa.