La más antigua de las siete maravillas del mundo es la Gran pirámide de Guiza y la única que aún perdura, además de ser la mayor de las pirámides de Egipto. Esta pirámide es uno de esos lugares que hay que visitar obligatoriamente si vas de vacaciones a Egipto, donde vas a necesitar ofertas hoteles para alojarte económicamente.
Según lo relata la historia, esta pirámide fue ordenada por el faraón de la cuarta dinastía del Antiguo Egipto Keops y esa orden fue asumida por el arquitecto de dicha obra fue Hemiunu. La visita de esta gran estructura es uno de los que no se puede descartar en una visita a Egipto. En medio de la arena los bloques unidos y organizados con tal precisión son una verdadera obra de arte.
Se calcula que la fecha estimada de terminación de la construcción de la Gran Pirámide es alrededor de 2570 a. C., siendo la primera y mayor de las tres grandes pirámides de la Necrópolis de Guiza, situada en las afueras de El Cairo, en Egipto. Fue el edificio más alto hasta el siglo XIV (siendo superado por el chapitel de la Catedral de Lincoln, en Inglaterra) y el edificio de piedra más alto del mundo hasta bien entrado el siglo XIX, siendo entonces superado por la aguja de la iglesia de San Nikolai, en Hamburgo.
Dentro de los detalles que encierra esta gran pirámide está que fue construida con unos 2.300.000 bloques de piedra, cuyo peso medio es de dos toneladas y media por bloque, aunque algunos de ellos llegan a pesar hasta las sesenta toneladas. Originalmente estaba recubierta por unos 27.000 bloques de piedra caliza blanca, pulidos, de varias toneladas cada uno. Mantuvo este aspecto hasta principios del siglo XIV, cuando un terremoto desprendió parte del revestimiento calizo. Posteriormente, los turcos otomanos utilizaron dicho revestimiento para la construcción de diversas edificaciones en El Cairo.
Esta gran pirámide se compone de tres cámaras principales, dos situadas en el interior de la pirámide y una en el subsuelo.
A las cámaras se accedía desde el lado norte, por un pasaje descendente, obstruido al final por grandes bloques de granito, que comunicaba con dos pasadizos, uno ascendente, que desemboca en la Gran galería, y otro descendente, que llega hasta la Cámara subterránea.