En la novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes relata las aventuras de Don Quijote por tierras de La Mancha, Aragón y Barcelona en las tres salidas que realizó.
Desde su publicación, ha habido cierta controversia en cuanto a la determinación de los pueblos por los que el Caballero debió pasar en cada una de esas salidas. Varios autores han propuesto rutas, identificando los lugares que Cervantes describe. No obstante, esas descripciones no siempre parecen suficientes para sacar conclusiones definitivas.
Asimismo existe el recorrido ecoturístico oficial con la denominación de Ruta de Don Quijote, de 2.500 km. de longitud y constituido por una red de caminos históricos y vías pecuarias perfectamente señalizada pese a su extensión y que une los lugares de mayor interés cercanos a puntos mencionados en la novela, si bien su recorrido no sigue criterios estrictamente ligados a la obra literaria. Esta Ruta fue distinguida en 2007 con el galardón de Itinerario Cultural Europeo otorgado por el Consejo de Europa.
Las aventuras de Don Quijote han sido difundidas universalmente a través de las traducciones que se han hecho de la novela. En la Mancha, Don Quijote, constituye todo un símbolo. Su leyenda ha generado un turismo cultural deseoso de ver la realidad social y geográfica que magistralmente describió Cervantes. Un fenómeno que se ve favorecido por la buena comunicación entre la Comunidad y el resto de ciudades del país. Un ejemplo es el AVE, muchos son los turistas que adquieren sus billetes de ave online para visitar las poblaciones castellano-manchegas a las que llega el tren de Alta Velocidad.
A continuación se indican las conclusiones a las que llegaron D. Tomás López y D. Joseph de Hermosilla en lo que fue la primera propuesta de la ruta de Don Quijote, publicada en la edición de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de 1780 por la Real Academia Española.
Sea cual sea la ruta que Cervantes imaginó para su personaje, lo cierto es que la gran mayoría de las aventuras parecen transcurrir en lo que hoy día es el territorio de Castilla-La Mancha. Por ello, cualquier recorrido que nos permitiera descubrir el alma manchega y sus tradiciones, bien podría considerarse “nuestra” ruta de Don Quijote.