Durandal, la espada de Roldan
El ejército de Carlomagno regresaba de una de sus incursiones en tierras árabes. El grueso del ejército terminaba de cruzar un valle pirenaico. Detrás su sobrino, el Conde de la Marca de Bretaña, Roldán dirigía la retaguardia. De repente un ejército de guerreros vascones aliados con los árabes sorprende a la retaguardia en Roncesvalles y la ataca. Cuando Roldán se da cuenta que van a ser vencidos hace sonar el cuerno de marfil que colgaba de su cuello. Pero es demasiado tarde, su tío no va a llegar a tiempo. Roldán mira la espada que empuña Durandal, le ha acompañado desde los 17 años en que su tío le nombró caballero. Es un arma muy poderosa, que guarda diversas reliquias (un diente de San Pedro, sangre i cabellos de San Basilio, y un retazo del mantel de Santa María). Para evitar que caiga en manos de los enemigos, la estampa con toda su furia contra una roca, con el objetivo de romperla, pero se rompe la roca. Entonces, deseperado, pide ayuda a San Miguel y la lanza al aire, en dirección a su tierra. La espada viaja durante quilómetros hasta ir a clavarse en las rocas de los Santuarios de Rocamadour.
Ésta leyenda que se cuenta de la espada clavada en la roca, encima de los santuarios de Rocamadaur, dice además, que una recién casada que la toque, quedará en cinta enseguida.
Pero esta población, situada en un entorno privilegiado, en el corazón de la Dordogne, en pleno departamento de Lot, es más famosa por sus santuarios, enclavados dentro del Camino de Santiago francés, que por la espada.
Para subir al Santuario, los pelegrinos, reyes, nobles y personalidades de todos los tiempos, además de miles de pelegrinos más humildes, han cumplido con la tradición de subir de rodillas los 216 escalones que lo separan del pueblo, para conseguir las indulgencias que otorgaba la iglesia. Las mayores indulgencias las concedía el 24 de junio, día de San Juan, cuando éste día coincidía con la fiesta de Corpus.
Cuando terminas de subir (de rodillas o no) los 216 escalones te encuentras frente a una verdadera ciudad de iglesias, capillas y santuarios. Actualmente hay 7 en total, pero había llegado a haber hasta 19, en su momento de máximo esplandor.
En lo alto del acantilado se encuentra el Castillo de Rocamadaur, totalmente reconstruido en el s XIX sobre la base del anterior castillo medieval.
Por debajo, en las escarpadas laderas del acantilado, se encuentra esparcida en diversas terrazas naturales, la población, que está dividida en barrios, los cuales, en cada nivel, se encontraban amurallados y a cuyo interior se accedía mediante una de las once puertas fortificadas que conformaban el total, de las cuales quedan ocho actualmente.
Pero Rocamadour y su entorno está lleno de rincones sorprendentes y maravillosos para vivir una escapada de ensueño.
Durandal, la espada de Roldan
Otras visitas a realizar en Rocamadour pueden ser el “Bosque de los monos”, poblado por una de las especies de Macacos llamados de Barbarie, donde puedes pasear en medio de este bosque de 24 Ha. donde los monos viven en total libertad y están acostumbrados a convivir con los visitantes. O La Casa de las Abejas, donde se puede observar la vida de estos insectos a través de cristales, con visita guiada por un experto apicultor. También podemos descubrir o experimentar la emoción de la cetrería en “La Rocher des Aigles”, que cuenta además con un pequeño zoológico dedicado a las aves rapaces.
Para los amantes de las profundidades, además, toda la zona está llena de espectaculares cavidades a las que se pueden realizar distintas excursiones, como la de la impresionante Sima de Padirac, o las espectaculares Grutas de Lacave, cuya visita se realiza a bordo de un tren, o las prehistóricas “Cuevas de las Maravillas”, que cuentan con dibujos prehistóricos de más de 20.000 años de antigüedad, o, finalmente, las Cuevas de Presque, un recorrido a través de majestuosas estalagtitas y estalagmitas, que forman pilares de 8 y 10 metros de altura.
También para los amantes de los deportes al aire libre cuenta con la posibilidad de desarrollar un numero importante de actividades, como el senderismo, alquiler de BTT, alquiler de caballos, vuelo en globo, parapente, escalada, descenso en canoa por el Alzou, o pesca deportiva.
Finalmente señalar que para la subida a los santuarios, la población, cuenta con un tren funicular.
Rocamadour, desplegada a lo alto del acantilado.
Rocamadour, desplegada a lo alto del acantilado.