En medio de la belleza natural, se halla un lugar histórico, con un encanto único y que se vuelve un destino inolvidable para los visitantes que llegan a él.
El Fort de Joux o castillo de Joux, es un castillo que fue convertido en una fortaleza. Está situado en La Cluse-et-Mijoux, en el departamento de Doubs, en las montañas del Jura de Francia.
La fortaleza en la actualidad alberga un museo de armas, que exhibe más de “seiscientas armas raras” que datan desde el siglo XVIII y van hasta principios del siglo XX. El castillo también tiene un pozo que, a 120 metros, es uno de los más profundos de Europa.
Desde 1949, el Fort de Joux ha sido clasificado como monumento Histórico por el Ministerio francés de Cultura.
Dentro de la historia de este lugar, larga por cierto, se sabe que Fort de Joux ha pasado por sucesivas etapas de construcción. La primera construcción fue de madera en el siglo XI y una reconstrucción fue ejecutada en piedra en el siglo XII por los señores de Joux. Mientras que otros han mejorado o al menos han intentado reparar algunos de sus detalles arquitectónicos.
Sitiada por Austria en 1814, fue reforzada más tarde con la construcción de los fuertes de Larmont durante el siglo XIX. En 1879, el capitán Joffre, un oficial de ingeniería militar, se modernizó y lo transformó en una fortaleza. Sirvió como prisión para los sucesivos gobiernos de Francia entre los siglos XVII y XIX. En esta capacidad, Fort-de-Joux es mejor conocido por servir como sitio de reclusión por Toussaint Louverture, quien murió allí el 7 de abril de 1803, Mirabeau y Heinrich von Kleist. Además de ser empleado como una prisión, Fort-de-Joux jugó un papel en la defensa de la región hasta la Primera Guerra Mundial.
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