Corre una leyenda clásica sobre la épica fundación de la ciudad de Madrid, capital en aquel momento del Imperio español, al mismo estilo de la fundación de Roma por Eneas.
Entonces se dice que el príncipe Bianor sobreviviente de la tragedia de Troya (donde también estaba Eneas), al no poder volver a Grecia se estableció en la actual Albania donde fundó su reino. Tuvo dos hijos Tiberis que le sucedió en el trono y Bianos, hijo ilegítimo que fue expulsado y fundó la ciudad de Mantua en honor a su madre.
Bianor, rey de Mantua tuvo un sueño en donde Apolo le pedía partir con su ejército en búsqueda de la tierra donde muere el sol. Bianor viajó por diez años y una noche hasta que nuevamente el dios Apolo le indicó que aquel era el lugar elegido para fundar la ciudad a la que dedicaría el resto de su vida.
Ocno encontro una hermosa pradera poblada por gente que se hacía llamar carpetanos, que vivían esperando una señal para dejar de ser nómades. Al consultar Ocno por la deidad a adorar, Ocno consultó nuevamente al dios Apolo.
Apolo le indicó consagrar la ciudad a Metragirta, diosa de la tierra. Ocno mandó cavar un foso, se introdujo en él y luego llegó la diosa Metragirta en un carro tirado por dos leones a llevarlo con ella. A esta ciudad llamaron Metragirta, que pasó a ser Magerit para luego devenir en Madrid.
Un pequeño error ha sido situar la fundación de Madrid antes que la de Roma cuando según la literatura clásica Eneas era compañero en Troya del Abuelo de Ocno.
