La Torre de los Huesos es una atalaya islámica, cuyos restos se exhiben en el aparcamiento subterráneo de la Plaza de Oriente. La torre fue construida en el siglo XI por la población musulmana que fundó dos siglos antes la fortaleza de Mayrit, como parte integrante de su sistema defensivo.
Esta obra se encontraba localizada fuera de la ciudadela y cumplía una función de vigilancia del barranco del arroyo del Arenal, en la zona noroeste de la capital, junto al lugar que ocupa actualmente el Palacio Real.
Con la conquista de Madrid por el rey Alfonso VI de Castilla, en el año 1083, el torreón fue incorporado como torre albarrana a la muralla cristiana, que los castellanos levantaron como una ampliación del primitivo recinto amurallado musulmán.
Además de proteger las fuentes de los Caños del Peral, que se encontraban en la actual Plaza de Isabel II, garantizaba la seguridad de la Puerta de Valnadú, uno de los cuatro accesos de la citada muralla cristiana.
La torre, que toma su nombre por su proximidad con el antiguo cementerio islámico de la Huesa del Raf, tiene planta cuadrangular. Combina mampostería y sillares, elaborados en sílex y piedra caliza.
Fue descubierta con las obras de remodelación de la Plaza de Oriente, durante la construcción de un estacionamiento subterráneo. Sólo se conserva parcialmente su base. Sin embargo, los restos de esta torre son dignos de ser visitados, pues son parte de una cultura con un alto sentido estético al momento de levantar las edificaciones.
Es un lugar muy recomendable para visitar por todos aquellos turistas que llegan a la capital gracias a los vuelos a Madrid que salen desde muchos aeropuertos españoles e internacionales.
