A pesar de que Marruecos es un país que cada vez recibe más turismo, todavía quedan lugares sin masificar y por descubrir por los turistas que eligen a este país como lugar de vacaciones. Uno de estos lugares poco conocidos y que merece la pena visitar durante la estancia en Marruecos es Azemmour, cuya importancia ha quedado a la sombra de la cerna El Jadida.
La opción más recomendable para viajar a Azemmour es hacerlo por la carretera de Casablanca, disfrutando de la vista que ofrece la ciudad al lado del río Oum er-Rebia. Lo primero que llamará la atención del turista al llegar a la ciudad es que además de no ser muy grande, destaca por tener un recinto amurallado como El Jadida, Asilah o Essaouira.
Azemmour respira tranquilidad lo que unido a su buen clima y a la ausencia de masificación turística hacen que este destino sea un lugar ideal para pasear por las calles de su ciudad antigua, disfrutar de las vistas que ofrece el río Oum er-Rebia y de la playa de El Haouzia, que está a poco más de un kilómetro y donde es posible bañarse a una temperatura plácida durante todo el año.
La ciudad fue un puerto importante para los portugueses que tuvieron su propiedad hasta que en a finales del siglo XIV fue recuperada por el sultán Abd er Rahman. Ya en el siglo XV, Portugal terminó reanudando su relación comercial con Azemmour ya que aquí iba a ser donde compraba trigo y caballos para intercambiar por los esclavos que adquiría en el África negra.
Esta influencia portuguesa se puede rastrear en algunos de las construcciones de la medina de Azemmour. Una media que se encuentra protegida por las típicas murallas de defensa marroquíes, lo que a buen seguro constituye el principal punto de interés turístico del lugar. Un recinto amurallado que sirvió para proteger al puerto y a la ciudad de los ataques del pasado.
Además de recorrer sus estrechas callejuelas y negociar la compra de cerámica en los diferentes puestos callejeros, también es recomendable visitar Mellah, el barrio judío de Azemmour, donde todavía se encuentra una vieja sinagoga en la que los fieles realizan su culto religioso.
En la cercana kasbah de Azemmour destaca la presencia de las ruinas de Dar el Baroud o Casa de la Pólvora, desde cuyo altura se tiene una espectacular vista de la ciudad.
