En los tiempos actuales uno de los deportes que llama mucho a la afición es el fútbol, deporte que acoge a multitudes pues en el mundo, es el que más se practica y con el que se compite tratando de saber cual es el mejor en el control de la pelota.
Algo similar se vivió hace mucho tiempo atrás, pues uno de los deportes que se practicaba con gran intensidad es el llamado “juego de pelota Maya”, mismo que tuvo una gran relevancia para muchos de los pueblos pre-hispánicos que ocupaban a la región actual de México. Es así que estos campos de juego tenían un diseño especial, ya que apenas constaba de una especie de callejón o cancha de 170 metros de largo con otros 70 metros de ancho, esto como una dimensión estándar para todas.
Una de las canchas de juego más conocidas es la de Chichén Itza. La dificultad del juego era realmente grande, pues cada uno de los jugadores de un equipo, que constaba de 1 a 7 integrantes, debía de tratar de hacer que una pelota de goma (ó hule) pase por una especie de argolla con un pequeño agujero, la cual estaba colocada en la parte alta de uno de los muros.
La importancia del juego tenía como base a la cosmografía que el pueblo solía creer, pues en el juego se enfrentaban los opuestos, tal como la luna y el sol, el mundo superior y el inframundo, y según muchos autores, el juego terminaba no solo con el pase de la pelota por el agujero, sino que luego de ello el equipo ganador tenía el privilegio de ser rendido en sacrificio.
Algo similar se vivió hace mucho tiempo atrás, pues uno de los deportes que se practicaba con gran intensidad es el llamado “juego de pelota Maya”, mismo que tuvo una gran relevancia para muchos de los pueblos pre-hispánicos que ocupaban a la región actual de México. Es así que estos campos de juego tenían un diseño especial, ya que apenas constaba de una especie de callejón o cancha de 170 metros de largo con otros 70 metros de ancho, esto como una dimensión estándar para todas.
Una de las canchas de juego más conocidas es la de Chichén Itza. La dificultad del juego era realmente grande, pues cada uno de los jugadores de un equipo, que constaba de 1 a 7 integrantes, debía de tratar de hacer que una pelota de goma (ó hule) pase por una especie de argolla con un pequeño agujero, la cual estaba colocada en la parte alta de uno de los muros.
La importancia del juego tenía como base a la cosmografía que el pueblo solía creer, pues en el juego se enfrentaban los opuestos, tal como la luna y el sol, el mundo superior y el inframundo, y según muchos autores, el juego terminaba no solo con el pase de la pelota por el agujero, sino que luego de ello el equipo ganador tenía el privilegio de ser rendido en sacrificio.