Cuatro cuerdas componen el cavaquinho, un instrumento musical portugués, pariente de la guitarra y el timple y antecedente directo del ukelele y del cavaco. Este instrumento es muy utilizado en la música tradicional portuguesa e incluso se puede disfrutar de su sonido durante unas vacaciones en Madeira. En la Samba, el cavaquinho hace la conexión entre la armonía y la rítmica.
Dentro de las características que sobresalen de este instrumento se resalta que es un cordófono punteado, en forma de guitarra pero de dimensiones mucho más reducidas que ésta. Pueden considerarse hermanos de éste los guitarros y guitarricos españoles, el timple canario, el cuatro venezolano, el ukelele, cavaco, entre otros.
El instrumento tiene cuatro cuerdas metálicas o de tripa, afinadas normalmente en Re Si Sol Re, de primera a última cuerda, ó Mi Si Sol Re, teniendo en cuenta que la afinación de las cuerdas es distinta en Brasil que en Portugal. El puente está dividido en 17 trastes. La tapa armónica de la caja de resonancia no suele estar barnizada.
El cavaquinho se utiliza en los grupos tradicionales de la mitad norte de Portugal, y normalmente se utiliza rasgándolo con los dedos para acompañar la voz. También es utilizado en la música popular de Brasil, Cabo Verde y Mozambique. En Brasil es utilizado en samba, las congadas de San Pablo y forma parte de los conjuntos de choro. En España existe un instrumento parecido, de cuatro cuerdas llamado “Requinto” o “Guitarrico” que se utiliza en las rondallas.
La historia de este instrumento destaca que pertenece a una familia de pequeños instrumentos de cuerda que tuvieron un importante desarrollo desde el siglo XVI, y que tenían un sonido agudo. La palabra “cavaco” en portugués significa “palique”, que en español es “charla o conversación continuada”; y esto recuerda un poco la forma como el cavaquinho actúa como parte instrumental en la música brasileña, de ahí su nombre. Fue llevado a América por los colonizadores, alcanzando allí gran popularidad.
